lunes, 1 de noviembre de 2010

Una muerte que es un develamiento

Si hubo una característica llamativa de este duelo fue su impotencia de hacer silencio. ¿Qué decir después de cinco días en que el estupor se expresó en una inédita irrupción de discursos múltiples pero coincidentes? Y no creo que esa caravana de dolientes que estallaba en consignas, en arengas frente al féretro, que se despachó en cánticos, que todo lo puso en palabras dichas o escritas frenéticamente en carteles, banderas, paredes, remeras, papelitos, haya sido pura irreverente liturgia peronista. No.

Hubo de todo claro, pero también era mucho más lo que había que expresar de lo que entra en una consigna, y todo imperioso, urgente, imprescindible. Era mucho más que el dolor por la pérdida de un líder carismático, todo se llenó de contenidos. No alcanzaba con las lágrimas por una muerte prematura e inesperada, ni con un “Gracias Néstor” por lo bien hecho y sanseacabó; está lo que queda, lo que dejaste, está Cristina y a ella mucho más que las condolencias a la viuda, mucho mas que el consuelo, el mimo, el aliento; a ella, porque es quien gobierna sin la menor duda, a ella “fuerza Cristina”, la decisión: firmes con vos, es la intuición certera, a cerrar filas, “no pasarán”, “ni un paso atrás”, por el contrario, el espaldarazo, vamos por más, a “profundizar el modelo”, ahora también con “los jóvenes” que vuelven a “la militancia”,que recuperaron los “sueños”, la “esperanza”, en este “regreso de la política”, con “memoria”, con “verdad” y con “justicia”.

Hubo que decir todo, hubo que decir tanto, todos dijeron. Los pobres que tienen trabajo, los viejos que cobran su jubilación, los chicos que van a la escuela porque tienen su Asignación, los docentes mejor pagos, los trabajadores con sus paritarias, hasta “el campo” rompió el alambrado de la Sociedad Rural para reconocerle a Cristina frente a todos que durante estos gobiernos no se remató ni una sola hectárea de campo en la Argentina, haciéndola quebrarse de emoción después de tanta injuria, de tanto ataque injustificado, hasta ese abrazo.

Los Presidentes Latinoamericanos Presentes y el enorme gesto de Santos pidiendo esperar a Chávez para ratificar juntos, frente al cuerpo de Néstor Secretario de la Unasur, el compromiso sellado con su mediación; Lula y Correa rompiendo todo protocolo y abrazando a Cristina como a una hermana, Mujica acompañado de una delegación multipartidaria con representantes de todo el arco político charrúa, Piñera viniendo con su mujer y Chávez con sus dos hijas, son gestos de una dimensión simbólica inconmensurable, es una alianza que funda la política del subcontinente sobre nuevas bases, sobre algo que va mucho mas allá del calculo de intereses, de la estrategia de coyuntura; hay un recupero de confraternidad, de hermandad de sangre, de historia y de destino.

Y el extraordinario foro abierto de 6,7,8 en la noche del miércoles, pura necesidad de estar presentes, pura catarsis, pura comunión. Lo mejor de la cultura, del arte, de la política (pero sin partidismo sectario), asumiendo en un acto germinal su rol de “intelectuales”, que por definición son las figuras de toda rama del pensamiento o de la creación que se comprometen y actúan en la vida política poniendo su saber al servicio de una causa. En ese acto, en vivo y en directo, con toda la espontaneidad de lo urgente, donde no se miden conveniencias, ni se ponen en juego vedetismos ni mezquindades, lo mejor de nuestra cultura, repito, le dijo BASTA a todo el discurso mediático denigratorio, a la estigmatización pública del kirchnerismo y sus figuras, le dijo BASTA a la hegemonía del monopolio y rompió amarras con la ideología dominante, rompiendo en un mismo gesto sus propios miedos, sus propias dudas y sus propios silencios.

Yo, como tantos y tantos que tomaron la palabra en estos días, no lo voté a Kirchner ni la voté a Cristina, pero cuando comenzaron a plantearse los posibles escenarios electorales y gran parte del peronismo insistía con Néstor 2011, mi “chascarrillo” doméstico era “No Néstor, es la hora de tu renunciamiento” porque ya era ella mi candidata firme para el próximo período. Y cuando él hace poco, y sin que se le diera mayor trascendencia al asunto, hizo el cambio de domicilio a su provincia natal y se agitaba levemente al hablar, entendí que daba un paso al costado para cuidarse, pero me puse contenta porque se perfilaba Cristina y la empezaban a medir en las encuestas. ¡Que lástima que no tuvo tiempo de explicitar ese gesto que intuyo decidido! ¡Que lástima que no pudo volver a la política de Santa Cruz, o avocarse a la Unasur, y recuperarse! ¡Que lástima aunque su muerte haya producido este sacudimiento necesario! Parece que esto se lo vamos a tener que agradecer a la muerte de Néstor. Hasta personalmente, yo que no soy peronista, yo que soy de izquierda, no de la izquierda infantil que rompe todo lo que toca, de la izquierda que es nada de política, sólo oposición estéril, que divide al campo popular y termina sumándose al coro de la derecha. Hasta yo que pertenezco a la otra izquierda, la que apoya este proyecto, la que reconoce el grado y la profundidad de las transformaciones en curso desde 2003, y el sentido inequívoco de las políticas implementadas, voy a tener que agradecerle a Néstor haberme permitido reencontrarme otra vez con mis banderas, estar otra vez totalmente de acuerdo con la línea de mi partido y con sus alianzas, volver a sentirme orgullosa de las posiciones del sector que me representa. No hay conflictos de conciencia, no tengo que hacerme peronista para ser coherente, ni tengo que matizar mi apoyo al gobierno para no contradecirme.

Entre el torrente de imágenes y palabras que nos devolvieron los medios estos días, volví a escuchar los discursos de Néstor durante su presidencia. Primero me sorprendió mucho no haber advertido el hondo contenido que tenían sus intervenciones, me sorprendió no haberlo apoyado inmediatamente, ya que me considero una persona atenta al pulso de la política. Pero enseguida me di cuenta que no me había distraído durante aquellos primeros años, que no me había equivocado por falta de análisis o por un error de apreciación. Lo que pasó es simplemente que no le creía, como nos habrá pasado a tantos, que leíamos aquellas palabras como más demagogia, como otro discurso vacío y mentiroso, otra burla más, entre tantas. Fue un conmovedor ejercicio volver a escucharlo y comprobar que hizo lo que decía que iba a hacer, que cumplió, que no nos engañó, que fue sincero hasta el sacrificio…

¿Y que van a decir ahora los bienpensantes operadores de la “oposición”, tan mediocres, tan previsibles? El primer intento de Rosendo Fraga de escribir el guión que al otro día repetía como loro el locutor de la CNN fue neutralizado inmediatamente por los buenos reflejos de los Víctor Hugo, los Lupi, los Fena Della Maggiora y de todo el pueblo que con su instinto ancestral supo al instante cuál era su lugar. Junto a Cristina, a muerte, ni por un instante dar lugar a la “ingobernabilidad” tan mentada. Ni un instante de duda, no nos van a torcer el rumbo. “Ni un paso atrás”. Pero los canallas de toda laya que están hartos de hablar de los setenta y que defienden a Clarín ya perdieron su cuarto de hora. Me preocupan los que se consideran buena gente, y que creyeron que tenían la integridad moral de oponerse a la prepotencia y la crispación de un gobierno corrupto. Aunque en este momento se sientan un poco estúpidos, deberían sacar de algún lado el valor y el coraje para reconocer que los usaron. Los festejos del Bicentenario comenzaron a hacer muy endebles las cantinelas del Grupo Todo Negativo sobre el odio, la violencia, “la gente” que los odia, que no aguanta más y que los quiere matar como dijo Lilita Descarrió. Pero la reacción ante la muerte de Néstor es un develamiento total, que deja al desnudo la mentira más grande y más burda de nuestra historia. De aquí en mas el que no quiera ver no es un incauto, es un hijo de puta. Espero que quienes fueron engañados puedan aceptarlo y reconocerlo con dignidad.

Los ateos no creemos que haya vida después de la muerte, pero con toda la fuerza de mi conciencia me gustaría saber que Néstor está viendo esto desde allá arriba…ojala, se estará riendo el tuerto…de esta batalla inesperada y decisiva que vino a ganar con su muerte…ojala…