martes, 15 de marzo de 2011

HISTORIA Y POLÍTICA: Debates impostergables y resignificación en el acto de Huracán

Después del acto me dedique a leer muchas intervenciones buscando cuál es la interpretación histórica que se va construyendo sobre “el tercer gobierno peronista” en el espacio que conmemora a Cámpora y a su triunfo en las elecciones del 11 de Marzo de 1973, momento de la vuelta del peronismo al poder después de casi 18 años de proscripción. Es decir que mi objetivo era concreto, pero…la intervención central de la Presidenta que, como todos ya saben, no se refirió (al menos directamente) a la fecha que se conmemoraba, eclipsó en parte el tema de mi interés de las crónicas del acto, pero me permitió una entrada diferente al conjunto de los discursos, e incluso una lectura disonante del mensaje de CFK, lo cual me sugiere algunas reflexiones que quiero compartir con ustedes.


Un par de horas después de finalizado el acto, en la página de Telam, la crónica aparece bajo el titular: “Cristina fue eje de un acto que hizo vibrar el estadio de Huracán” . Desde la agencia noticiosa, del mismo modo que en los medios masivos, la atención está puesta casi exclusivamente, en las especulaciones frustradas sobre un anuncio de Cristina postulándose como candidata, en el giro discursivo al poner el acto bajo la advocación de Néstor y no hablar del ‘73, en la emotividad de sus palabras, y poca cosa más. Tal vez se sacaron más conclusiones del clima y testimonios recogidos entre el público que de lo que se dijo sobre el escenario.

Pero siguiendo con mi búsqueda, en esa misma página y en un bloque al margen de “notas vinculadas”, encuentro artículos y reportajes en alusión a la conmemoración , obviamente escritos con anterioridad, donde aparece claramente el relato histórico que da sustento y significado a esta fecha. Veamos que dice Juan Carlos Dante Gullo diputado nacional por el FPV: “Marzo y el hecho electoral más significativo, que rescató la democracia después de 18 años, tendría que ser avalado y recordado por otros sectores y partidos. Fueron las elecciones más limpias, masivas y comprometidas de nuestra sociedad. Y volvimos a ganar la democracia. Pero además significó la etapa más ideológica, programática y de definiciones de proyectos, que contó con el más alto nivel de participación y protagonismo de todos los argentinos.” Acuerdo totalmente con Dante Gullo en que después de 18 años de proscripción del peronismo, de casi 7 años de lo que dio en llamarse Revolución Argentina, inaugurada en 1966 con el golpe de Onganía, años que para autores como O’Donell fueron la implantación de un Estado Burocrático Autoritario (EBA), etapa en la que se produjo un importantísimo movimiento de resistencia y contestación popular, signado por su masividad y su inédito grado de politización, que impidió con su lucha irreductible la consolidación del régimen de dominación. Entendido así, las elecciones del ’73 podrían ser un triunfo histórico reconocido y celebrado por toda la sociedad. Gullo observa que “las urnas no sólo marcaron el triunfo de candidatos y de los frentes sino determinaron un salto en calidad en ideas y paradigmas que pusieron en el escenario a los verdaderos protagonistas: las masas, el pueblo, la juventud, los trabajadores, los sectores de la producción nacional. Seguimos siendo parte de esa historia (…) Néstor y Cristina son la síntesis más clara de toda esta historia que continúa. Pero las luchas e historias generaron lo nuevo y demostraron que el paradigma de lo nacional y popular sigue vigente. Hoy ese paradigma está en marcha, lo apuntaló Néstor, lo sigue Cristina y los de buena memoria y convicciones tenemos que estar a la altura de las circunstancias, acompañando a Cristina, fortaleciendo la identidad y haciendo de Argentina una nación de soberanía plena, justicia social e independencia económica, como nos siguen marcando Octubre, Noviembre y este Marzo que reivindicamos. Y dado lo impulsado desde 2003 a la fecha, me animo a afirmar que hay cuerda para rato” Gullo realiza así una operación discursiva válida, toma posición y se adscribe a una tradición, se postula, él mismo, el movimiento del que forma parte y sus líderes, como herederos y continuadores de una gesta popular con sus orígenes (allá en Octubre del 45), sus estaciones o hitos de referencia (como el Marzo del ’73) y sus objetivos o metas a futuro. Pero a renglón seguido Dante Gullo dice: “Marzo se cortó por el golpe del 76” Esto es mentira.

Kunkel en una entrevista para la ocasión dice prácticamente lo mismo: “De aquel proceso que llevó al 11 de marzo de 1973 queda el análisis de lo que sucedió después: "un gran drama desatado de la mano de los sectores más reaccionarios de las Fuerzas Armadas y las grandes corporaciones que fueron los ideólogos del golpe militar del 24 de marzo de 1976". Continúa pasando revista a “figuras del peronismo que marcaron la época, como el dirigente platense José Amerise, los ex gobernadores Oscar Bidegain, Jorge Cepernic, Felipe Sapag, Alberto Martínez Vaca, Miguel Ragone -que continúa desaparecido- y el desarrollista Carlos Sylvestre Begnis.” Y la nota concluye: "Con los viejos dirigentes del campo popular, siempre la JP tuvo una muy buena relación". Esto también es mentira, aunque para demostrarlo recurrió a una frase del general Juan Domingo Perón diciéndole a los dirigentes de la JP que lo visitaban en el exilio de Madrid: "La mayor dificultad es que para ustedes es demasiado pronto y para mí, demasiado tarde" …
Los pasajes de estas intervenciones en negrita fueron destacados para llamar la atención sobre la construcción de una cronología que hace un salto temporal sobre lo que se convierte para el peronismo en un abismo frente al cual es incapaz de abrir el debate. El triunfo de Cámpora y sus 45 días de gobierno no son contiguos al golpe de Estado del ’76. En el medio volvió Perón al país con López Rega e Isabelita de la mano (el Noviembre del ’72 que Gullo menciona entre Octubre y Marzo). En el medio, entre Cámpora y el golpe pasó Ezeiza (el regreso definitivo en Junio del ‘73, que Gullo no incluye, tabú para el peronismo, el más prohibido de los temas), trágica batalla campal donde se enfrentaron a muerte los que llegaban demasiado pronto con los que aunque llegaban tarde tenían a su cargo la organización, el aparato, las armas. En el medio ganó las elecciones Perón poniendo en la fórmula como Vicepresidenta a su esposa, a quien nos dejó para la presidencia sabiendo que se moría, como efectivamente se murió en el medio, dejando también al brujo como Ministro de Bienestar Social y a la AAA lista para su cacería de brujas…Entre ese triunfo del ’73, que indudablemente representó la concreción del sueño de toda esa generación de jóvenes militantes (los famosos “imberbes que gritan” en la Plaza de Mayo según Perón) y el golpe de Estado del ’76 está el abismo insondable entre un gobierno popular que apoya y financia la investigación de Bayer y el rodaje de su película “La Patagonia rebelde” y un gobierno provisional del peronista Lastiri que la prohíbe, luego de lo cual autor y elenco son empujados al exilio por las amenazas de la AAA; está el abismo entre la amnistía general del Debotazo que liberó a los presos políticos, y el asesinato del diputado electo y defensor de presos políticos Ortega Peña durante el gobierno de Isabel (como reconoce con pesar Bonasso en el programa de Víctor Hugo del 13/3), y tantos otros asesinatos antes del golpe; está el abismo en el que sucumbieron muchos de esos cuadros de la JP mencionados por Kunkel que asumieron con Cámpora, para ser reemplazados por “viejos dirigentes” mediante operaciones como el Víborazo. Asesinatos, violencia, amenazas, que en otro reportaje en torno al acto de Huracán, se anima a criticar el Procurador General de la Nación Esteban Righi: "El recuerdo que tengo del 11 de marzo es de una gran esperanza, que luego se frustraría…hasta los años `70 se había generalizado la idea de que al poder se llega por las armas y no por las urnas. Esa era la realidad que vivía el país”. Y agregó luego: el peronismo, “que transitó etapas con las cuales no estoy de acuerdo", quizás haya logrado hoy la síntesis que buscaba en el ’73”, y no sólo el peronismo, también con muchas otras fuerzas que comparten la búsqueda de democracia, con respeto a las instituciones y preocupación por la distribución del ingreso.

El peronismo parece no estar en condiciones de discutir a fondo sobre las feroces y brutales contradicciones que lo desgarraron, llevándolo a enfrentamientos armados entre sus fracciones de izquierda y los sectores más reaccionarios de su propio movimiento, en un período que prefigura los años por venir. No puede ubicar correctamente en el tiempo esa terrible frustración de la que habla Righi, y silenciando el ciclo en el que vuelve a la presidencia su viejo líder, el triunfo en toda la línea de la derecha peronista, salta a depositarla toda en los militares y el golpe del ’76. Lo que están clausurando así es el camino de la autocrítica, no sólo frente al país como reconocimiento de su grado de responsabilidad en la generación del clima de violencia política sobre el cual se justificó el golpe, sino ante ellos mismos se deben la crítica de un conjunto de prácticas que llevaron las esperanzas del ’73 al desastre, y que por momentos amenazan con repetirse: me refiero básicamente al “aparatismo” y al sectarismo hegemónico.

La euforia por la recuperación de la movilización y la militancia puede obnubilar, y hacer creer a la dirigencia de las agrupaciones que hoy conducen, que sólo con la mística de los símbolos y el anecdotario, o con levantar los nombres emblemáticos del movimiento, se puede hacer número y arrasar…Cuidado, esos errores ya se cometieron y los pagamos muy caro.

No hubo un solo cuadro de primera línea que destacara la enorme bandeja de Huracán que estaba prolijamente cubierta de banderas rojas, no hubo una sola mención en estos días a la actitud de acompañamiento concreto que están haciendo otras fuerzas políticas como el Nuevo Encuentro. Salvo, claro, la oportuna y certera intervención de Cristina. La Presidenta una vez más tiene que salir en punta, con brillantez pero también con indudable “instinto” político, a protegernos a todos de lo que Verbitsky llama el “fuego amigo”.

A la luz de esta mirada histórica es posible descifrar el sentido profundo del mensaje presidencial, sin enmarañarnos con tilinguerías que usa el enemigo para desacreditarla, anteponiendo lo emocional, azuzando el cuco de “el culto a Néstor”, o manejando cálculos meramente electoralistas. Volvamos desde esta historia a resignificar las palabras de Cristina poniéndolas en contexto.

En lo que parece la referencia más explícita al ‘73 la Presidente aclara que le parece bien rescatar la historia, pero que ésta, la generación del Bicentenario tiene que hacer la suya; una clara advertencia a no repetir, a no imitar. Reclama también “inteligencia”, “hagamos las cosas bien”. Apela a Néstor para construir un nuevo modelo de político, de líder, una nueva manera de hacer política, destaca en él que se mantenía “totalmente alejado de las vanidades personales, nadie tan despojado de las cuestiones que por ahí distraen en la política y nos hacen ver diferencias donde no las hay”. Pidió con vehemencia "abandonar cuestiones dirigenciales y dejar de creer que esto es una feria de vanidades". "La institucionalización de un modelo es cuando se hace carne en el conjunto de la sociedad porque visualiza que ese es el camino más acertado". La Presidenta instó a la "construcción orgánica y política" dirigiéndose a los jóvenes porque "éste es el desafío que tienen, cómo hacer para que tanta lucha no sea en vano". Señaló la necesidad de "construir sobre las coincidencias" y que "cuando se incorporen otros argentinos (al campo nacional) no les pregunten de dónde vienen, de que fuerza o de que partido vienen, sino si están de acuerdo con la Asignación Universal por Hijo; si tenemos que seguir poniendo en educación pública el esfuerzo; si debemos seguir inaugurando universidades públicas gratuitas para tener niveles de igualdad". "Si necesitamos proteger el trabajo nacional y la producción; si quieren un país donde los derechos humanos sean bandera de toda la sociedad sin distinción de ideologías o de partidos porque eso nos diferencia de la barbarie". Suplicó casi que a quienes se incorporan les pregunten "si como argentino se siente parte de América del Sur, del Mercosur, de la Unasur". "Si están de acuerdo, forman parte de esta historia", concluyó. Construir y sumar a partir de los hechos, del trabajo concreto para profundizarlo, conminó a la unidad, a que no se equivoquen, “no se queden en discusiones que están muy alejadas de lo que a la gente le importa…como hicimos nosotros, allá, en el ’73.

Visto así a mi no me quedan dudas del sentido último del discurso de la Presidenta en Huracán, de su núcleo significante y de su objetivo estratégico; pero si yo no estoy equivocada, me preocupa muchísimo no encontrar esta lectura entre la propia tropa del FPV. Si no me equivoco y es esto, más o menos, lo que nos dijo Cristina en su mensaje, habrá que cruzar los dedos con fuerza, y rezar con devoción los que crean, para que la escuchen con atención y aprendan esos miles de jóvenes de la “generación del Bicentenario” que vienen sin vicios, pero sin experiencia; y para que la dirigencia, los sobrevivientes a las frustraciones del ’73, la entiendan y reúnan la valentía intelectual para enfrentarse a los errores del pasado y no repetirlos.

Laura Huertas

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