domingo, 29 de agosto de 2010

¿Nike es tu cultura hoy?

Contra quienes descreen en la rebeldía juvenil (siempre fueron muchos) la cultura rockera ha dado muestras una y otra vez de su vitalidad y de su capacidad de contestación, interpelando a las nuevas generaciones que, en general, han respondido convocándose y movilizándose tras sus consignas. Cada tanto la mejor flor (…la mejor de la planta más dulce!) sacude esas fibras profundas de la conciencia joven, y los Redondos han sido una de estas flores. El tema “Nike es la cultura” es una buena excusa para repasar a Gramsci y plantear esta cuestión de la cultura hegemónica.


Sabemos desde Marx que en toda sociedad dividida en clases se ejerce la dominación de la clase explotadora sobre las clases explotadas y que el objetivo es la apropiación privilegiada por parte de la clase dominante de la riqueza producida socialmente. Esta es una relación de poder basada en la coacción física, para lo cual las clases dominantes han ejercido y mantenido el monopolio de la violencia legítima (el estado) logrando así obediencia. Pero para evitar el recurso permanente a la coacción, las clases privilegiadas han logrado, a lo largo de la historia, legitimar su posición dominante y lograr la aceptación de las clases dominadas. El poder legítimo es aquel que logra obediencia voluntaria a la autoridad de la clase o fracción dominante, lo que involucra cierto grado de creencia extendida e interiorizada en las clases subalternas sobre su bondad y sentido. Aunque estas visiones no desconocen el peso de la amenaza de coacción contenido en la obediencia, lo que se vuelve problemático es esa “creencia” en el obedecer…

Gramsci intuye que la voluntad, la ilusión, la idea del cambio, del rebelarse, de la revolución, es vulnerable frente al poder, está asediada por la construcción hegemónica de la clase dominante que logra la aceptación por parte de las mayorías de su condición de dominados. “Hegemonía” en Gramsci es la capacidad de un grupo de la sociedad de lograr “consenso” entre las clases dominadas Pero ese consenso en Gramsci tiene poco de consensuado, no es naif ni una decisión fruto de la reflexión conciente.

Gramsci postula que ya no es solo a través de los aparatos represivos del estado que las clases dominantes imponen su dirección, sino a través de las instituciones de la “sociedad civil” como prolongación de los órganos de gobierno. La burguesía logra coaptar la voluntad de los sectores subalternos apelando a estas instituciones relativamente autónomas del estado gobierno, como las educativas, religiosas, sindicales, asociaciones profesionales, medios de comunicación, etc. las clases dominantes consolidan su poder y logran difundir su visión del mundo. Estas instituciones privadas auspician a su vez determinados modos de comportamientos que suponen hábitos, costumbres y prácticas detrás de las cuales operan determinadas creencias, valores, estructuras normativas que le dan sentido a ese mundo de vida … según los intereses de la clase dominante. Pero tampoco ese “consenso” es un estado absoluto y monolítico al que se llega de una vez y para siempre, es una relación entre las clases siempre provisoria, es la sumatoria inestable de los distintos tipos de consenso individuales que da por resultado la posibilidad de la dominación de una clase o fracción sobre el resto de la sociedad. Si bien es construido por el poder, es impuesto, creo que Gramsci no habla de obediencia porque ésta parece remitir más al miedo y a la sumisión que oprimen definitivamente. El consenso en cambio es maleable, y por eso cobra importancia capital en su teoría el papel de los intelectuales orgánicos, encargados de dar homogeneidad y conciencia de su propia función a la clase.

Antes que ejercer el poder de una manera dictatorial, la burguesía lo ejerce de una manera hegemónica, es decir, orientando la voluntad, ganándose la adhesión de los sectores subalternos. “Adhesión que se produce cuando se logra la identificación entre los intereses de las clases dirigentes y los de las clases subalternas, cuando los sectores subalternos se conforman a la perspectiva burguesa, cuando proyectan sus propias aspiraciones en los intereses de la burguesía” .

Gramsci no era un teórico de escritorio, era un militante que fundó el Partido Comunista Italiano. No lo movía la búsqueda de conocimiento abstracto sobre la sociedad, sino la búsqueda de recursos estratégicos para el triunfo de la Revolución. No tiene dudas sobre el papel y la importancia de la organización y de la vanguardia que debe crear conciencia, ser motor de la solidaridad y ejemplo, ser la dirección del proletariado; pero para ello hay que ganar las voluntades, convencer que el cambio es posible y desterrar la idea tan inculcada de que la sociedad solamente puede ser así, como ha sido siempre: desigual e injusta.

Gramsci no llegó a conocer las Nike ni vivió en la apoteosis de la sociedad de consumo, pero entendió bien la lógica del capitalismo, la capacidad de las clases dominantes para operar sobre las conciencias y volverse hegemónicas. “El orden actual se presenta como algo armónicamente coordinado, establemente coordinado, y la muchedumbre de los ciudadanos vacila y se asusta en la incertidumbre ante lo que podría aportar un cambio radical. El sentido común, el torpísimo sentido común, suele predicar que más vale un huevo hoy que una gallina mañana. Y el sentido común es un terrible negrero de los espíritus.”

Nike es la cultura hegemónica hoy, que nos dice que para ser hay que tener Nike, hay que comprar Nike, hay que tirar las que usaste ayer para volver a comprar hoy otras Nike, y así resolver nuestro propio e individual día a día, sin que te importe nada ni nadie, sin que te importe otra cosa que poseerlas… “Just do it” (SÓLO HAZLO) es su slogan. Es el “sentido común” negreando con nuestros espíritus.

Sin embargo él confía en la conciencia y en el poder de los ideales: “Marx significa la entrada de la inteligencia en la historia de la humanidad, significa el reino de la consciencia (...) El hombre cobra conciencia de la realidad objetiva, se apodera del secreto que impulsa la sucesión real de los acaecimientos. El hombre se conoce a sí mismo, sabe cuánto puede valer su voluntad individual y cómo puede llegar a ser potente”. También nos dice que la clase dominante, “la clase que posee el instrumento de producción se conoce ya necesariamente a sí misma, tiene consciencia, aunque sea confusa y fragmentaria, de su potencia y de su misión. Tiene fines individuales y los realiza a través de su organización, fríamente, objetivamente, sin preocuparse de si su camino está empedrado con cuerpos extenuados por el hambre o con los cadáveres de los campos de batalla.” Ahora su camino está empedrado con consumidores de Nike… Pero Gramsci no se desalienta y nos advierte que “toda revolución ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica, de penetración cultural, de permeación de ideas a través de agregados humanos al principio refractarios y sólo atentos a resolver día a día, hora por hora y para ellos mismos su problema económico y político, sin vínculos de solidaridad con los demás que se encontraban en las mismas condiciones.”

Aunque el diablo esta en el cielo…el Indio hizo su trabajo de critica penetrando con estas ideas la cultura, y hoy los “pibes” vuelven a la política y, probablemente, traigan algo de ese bagaje.


Laura Huertas

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