domingo, 24 de julio de 2011

TECNÓPOLIS o dos Argentinas necesitadas de acuerdo

Vacaciones de Invierno con un hijo en 4° año de una escuela técnica convirtieron a Tecnópolis en un número puesto, una salida óptima, no sólo por el contenido del “parque temático” sino por la gratuidad de la propuesta para un bolsillo magro.


Lo que pudo ser un simple paseo, ya desde la previa me dio sorpresas y demostró que cargaba con un alto contenido simbólico. Buscando hacer la salida atractiva para hijo adolescente, invité a su amigo y compañero de escuela, a quien además veo más interesado y compenetrado con el mundo de la tecnología. Resultó que su papá no tuvo reparo en negarle el permiso para acompañarnos, bajo el argumento de que él es “anti-Cristina” y parece que esa es razón más que suficiente para que no importe ni las inquietudes de un chico de 16 que se está formando y que podría haberlo disfrutado, ni la posibilidad de ofenderme, habiendo entre nosotros una relación que involucra a todos los miembros de ambas familias…amargo trago que uno pasa por voluntad de ser “comprensiva” aunque a los demás les importe un carajo comprender nada.

Pero no estamos ante un caso de necedad particular, no. Las sorpresas siguen cuando la noche previa a la salida mi suegra me avisa que su amiga, “informadísima” lectora de medios masivos (y súper antikirchnerista), le avisó que “no vayamos” porque “estaba cerrado”, no abría al público porque faltaba hacer desagües y estaba todo inundado. Sin dudar que en los medios se puede escuchar cualquier disparate, siempre y cuando perjudique la gestión oficial, la anécdota me hizo repensar el papel de la subjetividad en la recepción de los mensajes y el tema tan hablado de la capacidad de los medios para construir (o destruir) realidad. Esta señora había cerrado con “certeza” lo que su deseo quería cerrado, como el otro señor prohibió ver a su hijo lo que él no quiere ver.

Pese a todo emprendimos la marcha que, gracias a Macri, es una agotadora travesía desde el sur del conurbano a Villa Martelli, atravesando toda la Ciudad Autónoma del 47%. En la Estación del Fc. Mitre de Retiro, la interminable cola en la boletería que entregaba el pasaje gratis a Tecnópolis, ya dejaba claro quiénes respondían a la invitación: abrumadora mayoría de mujeres con manojos de tres o cuatro chicos y mochilas de las que salían continuamente sanguches y bebidas de todos los colores, algunas amigas de mediana edad, parejitas o grupitos de jóvenes, algún hombre mayor con hijos o nietos. Gente pobre, muy pobre, en familia, por su cuenta, no había quien los arreara como fabulan desde el estereotipo descalificatorio de toda movilización popular. Cuando llegamos finalmente al predio, temprano pero ya repleto de gente que se apiñaba en las inmensas circulaciones y formaba fila para entrar a cada actividad, a cada carpa, a cada pabellón, mi conciencia “clasemediera” fastidiada se preguntaba en el lenguaje de la academia si esa masa que pugnaba por entrar tendría el “capital intelectual” necesario para interpretar y aprovechar lo que allí se exhibía, o pensaba en la falta de criterio de llevar varios chicos muy chiquitos y bebés que lloraban a un lugar tan grande que necesitaba recorrerse. Esto que yo pensaba con mesurada “objetividad” sociológica traducido en buen criollo de nuestra pequeña burguesía sería: ¡¡¿qué hacen acá todos estos negros de mierda que no entienden nada y no me dejan ver a mi, que sí fui a la escuela y a la Universidad, y me quemé las pestañas estudiando?!... hasta llegar al comentario oído al pasar: ¡Tanta plata derrochada! Si fuese privado y cobraran entrada se podría disfrutar!! Tic-tac-tic-tac se escucha en el ambiente. Un hombre bien puesto que no podía hacer llegar a su nieto a jugar en una pantalla táctil acosada por ocho o diez chiquitos de una misma familia, dijo en voz no muy baja ¡Estos con un plan por pibe ganan sin hacer nada mucho más que yo que trabajé toda la vida! Podría haber un adulto con esos chicos que escuchara, no lo hubo, nadie reaccionó, pero sentí que estaba al lado de una bomba de tiempo que hace tic-tac-tic-tac.
Mi interés personal no era sólo recreativo, sigo con particular atención el proyecto en ciencia y tecnología de este gobierno, y vale aclarar para los maliciosos que puedan ver en Tecnópolis sólo espurios intereses de campaña o una movida demagógica mas, que dicho proyecto empieza antes de esta actividad y con acciones mucho más importantes. El incremento del presupuesto en educación, ciencia y tecnología fue de más del 500% desde el 2003; la creación del Ministerio en diciembre de 2007, una de las primeras medidas de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, fundamental para mejorar el funcionamiento y la planificación del desarrollo científico y tecnológico. La repatriación a través del programa Raíces (Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior) de 800 “cerebros” argentinos en su mayoría formados en nuestras Universidades Públicas, es recuperar esa materia gris nacional que andaba repartida por el mundo por falta de oportunidades. En el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología, el CONICET, la cantidad de investigadores en 2003 era de 3800, incrementándose a 6350 en 2010 y su presupuesto creció un 709,38%. El crecimiento presupuestario en otros organismos descentralizados fue: del 994% en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria INTA, en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero INIDEP del 533%, en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria SENASA del 493,67%, el de la CONAE Comisión Nacional de Actividades Espaciales el incremento presupuestario fue de 1368 %. Y así el INTI, el INA, IGN y Parques Nacionales…para no abrumar con más números. Esto es una política de Estado que ya está dando resultados pero sus frutos pueden madurar quizás en diez o veinte años, es un proceso que trasciende lo electoral, pese a la opinión de la señora que le responde a su marido, frustrado porque no podía ver nada y evalúa volver otro día, que está abierto hasta mediados de agosto: ¡después que todos éstos la votan, lo cierran!...tic-tac-tic-tac.

Estos datos no los conoce la mayoría de la gente, y a los antikirchneristas no les interesan porque está muy vivo, y todavía gozando de buena salud, el núcleo ideológico duro del neoliberalismo, esa mentalidad que implantó la dictadura a fuerza de terror y autoritarismo, y difundieron hasta el hartazgo los medios de comunicación como intelectuales orgánicos de los sectores más concentrados de la economía que impusieron su hegemonía en los ’90 con el menemismo, que se beneficiaron a costa del genocidio y después con la orgía de pizza y champán. Sigue vivo y latiendo ese discurso sobre el que se montó la destrucción del Estado social bajo el cual nuestro país había alcanzado índices de equidad comparables a países desarrollados, movilidad ascendente sostenida por décadas, mínimos niveles de pobreza extrema y exclusión. Es el mismo discurso que sigue atacando al Estado acusándolo de “demagogo”, “corrupto”, “ineficiente”, que ataca la protección al que menos tiene con el argumento del “populismo” y la “prebenda electoral”, que ataca la solidaridad como forma fraterna de asociación atribuyéndole incentivar el “colectivismo” que nivela para abajo y reprime la iniciativa y el esfuerzo personal. Este discurso neoliberal que justificó la destrucción del aparato productivo y del pleno empleo con la “apertura del mercado” y la “competitividad”; que atacó a la política y a los políticos desprestigiándolos como vulnerables a las presiones de las bases y al “partidismo”, para presentarnos como solución a los “técnicos”, a los Chicago Boys, a los asépticos sabedores de las leyes del mercado…su única ley, es el mismo discurso con que nos pusieron de rodillas en “relaciones carnales” y nos llevaron al desastre.

Que Cristina mida en las encuestas con altísima intención de voto no significa que haya ganado la batalla cultural, que se haya logrado reconstruir una idiosincrasia nacional solidaria, igualitaria y fraterna. La recuperación de un Estado presente, de la política como valor, y de la militancia juvenil son todavía logros parciales y apenas los primeros preparativos para desactivar la bomba que hace tic-tac cada vez que se encuentran las dos argentinas que nos dejó el ciclo neoliberal: la de aquellos poquísimos que realmente se beneficiaron de una economía excluyente, más el cortejo de miles de José Mercado que reeligieron a Menem creyendo el cuentito del Primer Mundo o los idiotas útiles que zafaron y ahora se sienten “progresistas” porque son oposición pero repiten letra por letra aquel mismo discurso individualista y antipopular; frente a la otra argentina, esa que fué víctima del desempleo, la miseria, la desnutrición, pero también producto de un plan sistemático durante más de dos décadas para bajarles los sueldos o dejarlos sin trabajo, para dejarlos sin salud, sin educación, sin vivienda, sin sindicatos que los defiendan, un plan para expropiarle todo a los muchos para que los pocos tengan más. Proceso del que esa argentina salió diesmada, desnutrida, analfabeta, desintegrados sus lazos sociales, familiares y laborales...y además estigmatizada por la otra...Tic-tac…tic-tac.

La emergencia de las masas al espacio público nunca es fácil, porque el que ocupaba con exclusividad ese territorio social se siente amenazado. Hay una Argentina posible donde todos estemos mejor. Pero es prioritario desactivar esa bomba que nos amenaza y es “el huevo de la serpiente” que nos dejó en el corazón de la sociedad haber pasado por un genocidio político y por un genocidio económico sin rebelarnos.

Hay que volver a pensar en el bien común, y Tecnópolis es una celebración del trabajo en investigación científica y tecnológica, que por definición es trabajo por el bien común. La sola posibilidad de existencia de Tecnópolis es una victoria de toda la sociedad.

Me quedo para terminar con una frase que escuché entre dos nenas de mas o menos diez años en el micro cuando salíamos del predio:…”Es increíble las cosas que se pueden conocer en Tecnópolis!!

8 comentarios:

  1. Qué buena crónica, Lali! Estoy esperando que pasen las vacaciones de invierno para ir. Todos los que fueron me hablaron maravillas del lugar pero también se quejaron del tiempo perdido en colas. Seguro que muchos de los que se quejan por las colas jamás se quejarían de hacerlas, por ejemplo, en Disney. jaja! Pero lo cierto es que a nadie le gusta hacerlas, así que esperaré que pase esta semana.
    En cuanto a quienes se niegan a ir porque son anticristinistas, lo entiendo. Son momentos de tensión y de toma de posiciones que, aunque no son muy racionales, son todo un síntoma social. Yo nunca fui de ir a La Rural, nunca me gustó, ni cuando era chica con ese olor a mierda por todos lados. Pero ahora no iría ni en pedo, y es por eso: por una cuestión ideológica y de principios. Como alguien bien dijo por ahí: la Rural representa el pasado, el país agroexportador para el bolsillo de unos pocos y Tecnópolis es el futuro. Hacia ahí miro yo: con la permanente presencia de la memoria del pasado pero no quedándose en él, sino mirando hacia el futuro: eso es Tecnópolis.
    Tal vez lo que le falte al predio, Lali, son algunos globos amarillos, de ésos con los que andan los chicos de la ciudad en estos días. Que a los chicos les regalen globos, no está mal; ahora, que se los traguen los adultos... ¿No es sumamente simbólico eso de "vender" globos?
    Una vez más, Lali, me encantó la crónica y me dio muchas más ganas de las que tenía de visitar el predio.

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  2. excelente licenciada!!!!!! algo de esto me explica el voto a del sel en santa fé, no nos durmamos en los laureles que todavia falta mucho por construir en el terreno de las ideas, para cambiar de fondo las condiciones materiales de nuestros pueblos! te sigo . laura leonardi.

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  3. A Laura E: Hola a la bloggera fiel!!! si yo también volveré más adelante porque no pude entrar a ninguna de las exhibiciones que quería ver...en parte por mi fobia a perder tiempo en una cola. Y, fundamental, trataré de ir en auto, porque el viaje en tren fué una gran experiencia pero no da para repetir. Gracias por los elogios y por la presencia consecuente.
    A la Rusa, exacto, creo que lo de Del Sel es una réplica del farandulerismo antipolítica de los '90 y que se comprende en esta clave. Igual, como destacó Laura de arriba en otro foro sobre el tema, hay que tener claro que Del Sel no ganó nada en Santa Fé, 14% en diputados y creo que ninguna intendencia...Gracias y hasta luego candidata. Besos

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  4. Dijo Norberto:

    ¡¡Bravo LAURA!!

    La frase: "Tecnópolis es una celebración del trabajo en investigación científica y tecnológica, que por definición es trabajo por el bien común. La sola posibilidad de existencia de Tecnópolis es una victoria de toda la sociedad",

    remata y resume perfectamente por un lado tu nota y por otro la política de C y T emprendida, como proyecto de largo plazo, por el Gobierno Nacional.

    Desde el oficialismo, no sólo se afirma con hechos "apoyar a la ciencia", sino también "apoyarse en la ciencia".

    Norberto,

    desde "el asco" del 47 % de la Cuidad de Bs. Aires.

    Mi respuesta:

    Gracias Norberto por el estímulo y me alegro por la coincidencia. Me voy a tomar el atrevimiento de copiar tu respuesta en los comentarios del blog, para que esté junto a los otros aportes, por lo que puede surgir como continuación y ampliación del artículo y porque los comentarios traen al foro las distintas lecturas, cada uno pone lo suyo y tu mirada es la del “científico” que no puede faltar en este tema. Cariños y espero verte el 6.

    Laura

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  5. Hola Laura, felicitaciones por la iniciativa y el resumen sobre Tecnopolis!
    Coincido plenamente con tu análisis político, habrá que desactivar muchos tic tac , recién comienza la batalla cultural y no porque no se den cuenta que "Tecnópolis es una celebración del trabajo en investigación científica y tecnológica, que por definición es trabajo por el bien común…..”., parafraseando la nota, sino porque efectivamente toca intereses y privilegios .
    El neoliberalismo esta vivito y coleando a pesar de la tremenda crisis en la que se encuentra, los medios hegemónicos no pierden tiempo con su desinformación a la sociedad, la mezquindad y oportunismo de algunos sectores “progres” son funcionales a la derecha y así podríamos seguir enumerando motivos ajenos y propios.
    Ahora bien, además de los negritos que visitan a Tecnopolis, no seremos demasiados los que pensamos ir después de las vacaciones de invierno?
    Un abrazo
    Lia

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  6. Que bueno Lía encontrarte por acá!! Gracias por tus palabras y saber de los acuerdos siempre ayuda a pasar los malos tragos como el 47% en CABA o lo de Del Sel...ahora la cuestión es parar esta envestida. Ni un paso atrás!!!!! Abrazo y nos vemos pronto

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  7. No hay desarrollo económico sin un aparato científico-tecnológico propio ligado al sistema productivo. Eso es muy bien sabido desde hace mucho tiempo. De todos modos, permítaseme sospechar del progresismo del kirchnerismo.
    Albur!!

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  8. Hola peregrino...estuve unos días afuera del blog. Creo que al poder hay que ponerlo siempre bajo sospecha, lo contrario sería fe ciega y fanatismo. El acto de fe ideológica ha tenido siempre consecuencias catastróficas. Pero también hay que valorar el sentido de las acciones, como bien decís no hay desarrollo económico sin aparato científico-tecnológico, que en nuestro país había sido sistemáticamente destruido. Su recuperación es producto de una voluntad, de una decisión política, no un hecho contingente. Digamos que esta constatación justifica una confianza "expectante".
    Gracias por tu comentario.
    Saludos

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